martes, 29 de julio de 2008

Adolescencia y sexualidad

ADOLESCENCIA Y SEXUALIDAD


* PERCEPCIÓN.



LA ADOLESCENCIA SE PERCIBE COMO UNA ÈPOCA TORMENTOSA Y EMOCIONALMENTE AGRESIVA, LLENA DE ENFRENTAMIENTOS ENTRE LOS ADULTOS Y LOS JÓVENES, SOBRE TODO DENTRO DE LA FAMILIA. SE CONSIDERA UNA ETAPA EN QUE SE PRODUCE EL DESARROLLO FISICO Y LOS CAMBIOS EMOCIONALES MAS FUERTES Y RAPIDOS EN LA HISTORIA DE CADA PERSONA.

* GENERALIDADES DE LA ADOLESCENCIA.



SE GENERAN CAMBIOS QUE INICIAN APROXIMADAMENTE A LOS 11 AÑOS LAS MUJERES Y LOS 13 AÑOS EN LOS VARONES. LOS CAMBIOS HORMONALES COMIENZAN AÑOS ANTES Y PUEDEN DAR LUGAR A PERIODOS DE INQUIETUD Y MAL HUMOR..

LOS PRIMEROS DESACUERDOS CON LOS ADULTOS APARECEN CUANDO LOS ADOLESCENTES COMIENZAN A DESARROLLAR SUS PUNTOS DE VISTA Y CON FRECUENCIA NO SON COMPARTIDOS POR SUS PADRES Y CON OTROS MAYORES. LOS PADRES POSIBLEMENTE SE SIENTAN RECHAZADOS E INCLUSO DESPLAZADOS, Y EN CIERTO SENTIDO LO SON.

LOS ADOLESCENTES SE ESFUERZAN POR SER INDEPENDIENTES Y QUIEREN PROBAR NUEVAS COSAS Y NUEVAS SITUACIONES DE VIDA.

* ASUMIENDO RIESGOS.



ES EL MOMENTO DE APRENDIZAJE SOBRE SU ENTORNO Y LES PERMITE ENCONTRAR SU LUGAR EN ESTE.

EN LA ETAPA QUE SE ENCUENTRAN LOS JÓVENES SE PRESENTAN LAS PRIMERAS EXPERIENCIAS CON LA BEBIDA, CON DROGAS O EL FUMAR TIENE LUGAR EN COMPAÑÍA DE OTROS JÓVENES, PARA ELLO ESTO SE CONSIDERA LO NORMALY NECESARIO PARA PODER APRENDER.

EL CAMBIO REPENTINO DE SU CONDUCTA, ES UNO DE LOS MOTIVOS QUE AFIRMAN LA INICIACIÓN A UN TIPO DE CONSUMO.

ENTRE LOS PROBLEMAS QUE SE ENFRENTA EL ADOLESCENTE ESTAN LOS EMOCIONALES, SE CONSIDERA QUE 4 DE CADA 10 EN ALGUN MOMENTO SE SIENTEN Y LLEGAN A LLORAR Y HAN DESEADO ALEJARSE DE TODO Y DE TODOS, ESTO SE PUEDE CONSIDERAR UNA LEVE DEPRESIÓN, EN ALGUNOS CASOS LLEGA A AGRABARSE E INCLUSO DERIVA EN CONDUCTAS SUICIDAS. DE FORMA OBVIA, PUEDEN APARECER FOBIAS Y ATAQUES DE PANICO.

OTROS DE LOS PROBLEMAS A QUE SE ENFRENTAN LOS ADOLESCENTES SON LOS RELACIONADOS A LOS CAMBIOS FISICOS; LOS CUALES SON PREOCUPANTES PARA ELLOS, ESPECIALMENTE PARA LOS QUE SON TIMIDOS.

LA PRÁCTICA SEXUAL Y LAS RELACIONES DE RIESGO REPETITIVAS SIN PROTECCIÓN SON SÍNTOMA DE PROBLEMAS EMOCIONALES.

REFLEJAN UN ESTILO DE VIDA AL LIMITE; LOS ADOLESCENTES QUE ASUMEN ESTOS RIESGOS TIENDEN A ASUMIRLOS EN OTRAS FACETAS DE LA VIDA.

TAMBIÉN EXISTEN PROBLEMAS CONDUCTUALES; LOS ADOLESCENTES Y SUS FAMILIAS SUELEN QUEJARSE CADA UNO DE LA CONDUCTA DEL OTRO. LA EXPERIENCIA SUGIERE QUE LOS ADOLESCENTES TIENEN UNA MAYOR PROBABILIDAD DE TENER PROBLEMAS SI SUS PADRES NO SABEN DONDE ESTAN. SE REQUIEREN LOS ACUERDOS DE TIPO FAMILIAR Y ES NECESARIO QUE LOS PADRES PREGUNTEN SOBRE LO QUE ESTAN VIVIENDO Y COMO SE SIENTEN LOS ADOLESCENTES. ES DE MUCHA IMPORTANCIA QUE LOS ADOLESCENTES NO SE SIENTAN JUZGADOS POR SUS PADRES, YA QUE ESO INTERRUMPE LA COMUNICACIÓN EFECTIVA CON ELLOS.

LOS QUE VAN A LA ESCUELA Y PRESENTAN PROBLEMAS DE RENDIMIENTOS, SON GENERALMENTE INFELICES EN CASA Y SE SIENTEN FRUSTRADOS. SUELEN PASAR SU TIEMPO CON OTROS QUE SE SIENTEN DEL MISMO MODO. ESTE ES EL “PRINCIPIO DE AGRUPAMIENTO” ENTRE LOS JÓVENES.

EL SOBREPESO ES UNA CAUSA FRECUENTE DE INFELICIDAD, AUNADO AL PROBLEMA DE IMAGEN Y BAJA ESTIMA QUE SE PRODUCE POR LA OBESIDAD. CADA DIA ES MAS FRECUENTE ENCONTRAR JÓVENES CON DESORDENES ALIMENTARIOS.

LOS JOVENES SOLO RECURRIRAN A SUS PADRES SI SABEN QUE ESTOS NO LOS CRITICAN, SERMONEAN O MENOSPRECIAN. ESTO ES ALGO QUE CONFUNDE MUCHO A LOS PADRES, LOS CUALES SE SIENTEN CON LOS ATRIBUTOS PARA “EDUCAR” Y SE OLVIDAN FÁCILMENTE QUE LA CRITICA NO EDUCA, ESCUCHARLOS ES LO FUNDAMENTAL.

* DESARROLLO SOCIAL.



EL OBJETIVO SOCIAL DEL ADOLESCENTE ES LA EVOLUCION DESDE UNA PERSONA DEPENDIENTE HASTA OTRA INDEPENDIENTE, CUYA IDENTIDAD LE PERMITE RELACIONARSE CON OTROS DE UN MODO AUTÓNOMO.

LAS AMISTADES CUMPLEN EN ESTA ETAPA VARIADAS FUNCIONES, COMO EL DESARROLLO DE LAS HABILIDADES SOCIALES, COMO AYUDARA PARA ENFRENTAR LAS CRISIS Y LOS SENTIMIENTOS COMUNES, AYUDA A LAS DEFINICIONES DE LA AUTOESTIMA Y STATUS.

* DESARROLLO BIO PSICO SEXUAL.



LA SEXUALIDAD SE PRESENTA COMO UNA FUERZA INTERNA QUE NO ES FACIL DE DEFINIR Y DE CONTROLAR, EL ADOLESCENTE SE SIENTE IMPULSADO FUERA DE SI MISMO, SIN SABER A DONDE NI COMO PERO LO SIENTE, ES LA TENDENCIA SEXUAL QUE FUERTEMENTE LE LLEVA A BUSCAR EL PLACER.

EN ESTA ETAPA SE LOGRA EL PRIMER AMOR REAL, PUES SE BUSCA, POR LAS CARACTERÍSTICAS INTERNAS Y ESTETICAS DE LA PAREJA, EL BIENESTAR DEL OTRO; EN ESTA ETAPA SE UNE EL DESEO SEXUAL AL AMOR, COMPRENDIÉNDOSE EL ACTO SEXUAL COMO UNA EXPRESIÓN DE ESTE.

LOS PRINCIPALES AGENTES DE SOCIALIZACION QUE INFLUYEN EN LA IDENTIDAD SEXUAL ALCANZADA SON LA FAMILIA, LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN, EL GRUPO DE PARES Y EL SISTEMA EDUCATIVO. DICHA IDENTIDAD SE COMPONE DE ELEMENTOS QUE A TRAVES DE DIVERSAS ETAPAS EL ADOLESCENTE INTEGRARA PARA LLEGAR A SER UN ADULTO SEXUALMENTE SANO Y RESPONSABLE:

* Maduración física.
* Mayor empatìa con los demás.
* Mayor deseo de autonomía.
* Deseo de recibir orientación de los padres.
* Deseo de lograr intimidad con otros.
* Mayor identificación con los pares.
* Mayor conciencia de la orientación sexual.
* Períodos de abstinencia sexual.
* Períodos de experimentación sexual.
* Iniciación de la primera relación sexual.
* Postergación de las relaciones sexuales.




EL ESTEREOTIPO DE GENERO ACARREA COSTOS PSICOLÓGICOS; IMPLICA LIMITACIONES PARA EL DESARROLLO DE ALGUNAS CARACTERÍSTICAS DE LA PERSONALIDAD. LOS HOMBRES Y MUJERES SE DESARROLLAN “INCOMPLETAMENTE” EN SUS CAPACIDADES, DESEOS Y POSIBILIDADES, EN POS DE “SER” LO QUE LA SOCIEDAD ESPERA QUE SEAN.

EL ENAMORAMIENTO ES UNA VIVENCIA PROPIA DE LA ADOLESCENCIA. SE CONSIDERA COMO UN APRENDIZAJE ERÓTICO NATURAL DE LA EDAD, PERMITE EL DESARROLLO PERSONAL ASÍ COMO EL CONOCIMIENTO DEL OTRO SEXO.

EL EMBARAZO ADOLESCENTE GENERALMENTE ES NO DESEADO Y SE PRODUCE CON MAS FRECUENCIA EN ESTRATOS SOCIALES BAJOS. EL PADRE GENERALMENTE ES UN ADULTO JOVEN, PERO EN LOS ULTIMOS AÑOS HA AUMENTADO EL NUMERO DE PADRES ADOLESCENTES. ALGUNOS DE LOS FACTORES PERSONALES QUE INFLUYEN EN LA INICIACION TEMPRANA DE LA SEXUALIDAD ACTIVA:

- La percepción de ser físicamente más maduros.

* El deseo prematuro o la expectativa de lograr autonomía de los padres.
* Menores niveles de autocontrol.
* El consumo de cigarrillos, alcohol y marihuana, drogas.



EN EL ÀREA PREVENTIVA, LUEGO DE VARIAS ENCUESTAS SE DETERMINO QUE EL USO DE ANTICONCEPTIVOS DEPENDE DE LOS SIGUIENTES FACTORES:

* Edad.
* Temor a los embarazos no deseados.
* Temor a las enfermedades de transmisión sexual.
* En qué medida la mujer desea tener relaciones.
* Actitudes positivas hacia el uso del condón.
* Madurez cognitiva.
* Uso de alcohol y otras drogas.

- Respeto por la pareja

ENTRE LOS SÍNTOMAS PSICOLÓGICOS PRESENTADOS POR LAS JÓVENES MADRES ESTAN: IRRITABILIDAD, PESADILLAS, CEFALEAS DE TENSIÓN, ANGUSTIA FOCALIZADA EN EL PARTO Y BIENESTAR DEL NIÑO, HUMOR DEPRESIVO.

FINALMENTE DIREMOS QUE ENTRE LOS 17 Y 19 AÑOS. SE CONSOLIDA LA IDENTIDAD (“UNO SABE QUIEN ES, QUE QUIERE Y ADONDE VA”). DESGRACIADAMENTE LA MAYORIA DE LOS ADOLESCENTES LLEGARAN A LA CONSOLIDACIÓN CON MUCHAS IMPOSICIONES DE SUS PADRES, LOS CUALES NO SE DAN CUENTA DE QUE NO DEJAN DE CRECER CON LIBERTAD A SUS HIJOS.



ADOLESCENCIA ¿CRISIS O DUELO?


SE HACE IMPERATIVO TOMAR UNA POSICIÓN PARA SEGUIR ADELANTE, PRIMERO, NUESTRA POSICIÓN SERA LA DE CONCEBIR AL ADOLESCENTE COMO UNA PERSONA QUE SE ENCUENTRA EN UN PERIODO DE CAMBIO, A NIVEL FISICO, EMOCIONAL, AFECTIVO, SEXUAL, QUE REQUIERE DE APOYO Y RECURSOS PSICOLÓGICOS Y SOCIALES PARA ALCANZAR CIERTAS METAS TALES COMO LA ELABORACIÓN DE SU IDENTIDAD Y EL PLANEAMIENTO Y DESARROLLO DE UN PROYECTO DE VIDA SATISFACTORIO.

LA ADOLESCENCIA ES UN NACIMIENTO “DIFERENTE”, EN EL QUE SE DEFINE PARA EL HOMBRE Y LA MUJER YA NO LAS CONDICIONES DE “SU EXISTENCIA”, SINO LAS CONDICIONES DE SU VIDA.

NOSOTROS NACEMOS, POR ASÍ DECIRLO, EN DOS FASES: LA UNA PARA EXISTIR Y LA OTRA PARA VIVIR. Y ES EN ESA CONSTRUCCIÓN, EN ESE NACER DONDE ENCONTRAMOS A NUESTROS ADOLESCENTES, EN CRISIS PORQUE HAY CAMBIO, HAY O NO OPORTUNIDADES DE UNA MEJOR VIDA PARA ELLOS Y ELLAS, DE UNA MAYOR POSIBILIDAD DE NO REPETIR “EL MODO” QUE SUS PADRES LE PRESENTAN (EN ESPECIAL SI ES NEGATIVO).

PERO ¿DÓNDE SE MANIFIESTA EL DUELO?. “LO QUE ALLI HAY DE DOLOR”, SABEMOS QUE HAY UN RENACER, HAY UN DESPERTAR SEXUAL. EL SUJETO ADOLESCENTE ES INTERPELADO POR UN REORDENAMIENTO BIOLÓGICO, QUE LO LLEVA A UNA “MUERTE NECESARIA PARA NACER OTRA VEZ”, MUERTE QUE RADICA EN ABANDONO, LA RENUNCIA DEL UNIVERSO INFANTIL PARA ENTRAR A UN MUNDO- OTRO. EL SUJETO ES LLAMADO PARA OCUPAR OTRO LUGAR Y DEBERA EFECTUAR EL PASAJE DOLOROSO, DE DUELO. DUELO PÒR LA DIMENSION DE PÉRDIDA Y DE RENUNCIA.

PARA LOS PADRES, TAMBIÉN HAY UN DUELO, VER A LOS HIJOS CRECER, AUNQUE RACIONALMENTE SEA BUENO, POSITIVO, IMPORTANTE, DEVELA LA CONDICION DE LA PAREJA (SI EXISTE), QUE SE ESTA QUEDANDO SOLA, SI NO LA HAY, LA MADRE O EL PADRE, SIENTE QUE “SUS HIJOS SE LE VAN”.

LA ADOLESCENCIA IMPLICA, ENTRE OTRAS COSAS, LA PUESTA EN IDENTIFICACIÓN EDIPICA .JUSTAMENTE SE TRATA DE RENOVAR ESTAS IDENTIFICACIONES.

LOS PADRES YA NO SON LO QUE ERAN PARA EL NIÑO: CENTRO EN GARANTIA DEL UNIVERSO. LAS FIGURAS PARENTALES SON DESTITUIDAS DE SU LUGAR Y DICHA SITUACIÓN NO ES SIN DOLOR PARA LOS PADRES, YA QUE ESTOS SE REHUSAN A ABANDONAR EL LUGAR DE IDEAL. DE AHÍ QUE LAS RUPTURAS Y ENFRENTAMIENTOS EN EL SENO FAMILIAR CORRESPONDAN A UN DOBLE PROCESO: POR UN LADO EL ADOLESCENTE NECESITA DERRIBAR EL PEDESTAL EN EL QUE SE HALLAN SUS PADRES Y POR OTRO LOS PADRES SE RESISTEN A DICHA DESTITUCIÓN Y LO QUE ES PEOR, LA DESTITUCIÓN PARENTAL, AUNQUE NECESARIA, DEJA AL ADOLESCENTE MAS SOLO QUE ANTES.

OTRO ELEMENTO DIGNO DE TOMAR EN CUENTA ES QUE EL ADOLESCENTE NO SOLO CUESTIONA LA LEY EN SU CASA, SINO QUE CUESTIONA LA LEY ESCOLAR, YA QUE TODA PALABRA, NORMA, REGLA O MORAL QUE PROVENGA DEL MUNDO DE LOS ADULTOS SERA MOTIVO DE ENFRENTAMIENTO.

POR LO TANTO ¡CLARO QUE HAY DUELO!, LO MAS DIFÍCIL DE ACEPTAR ES QUE ESTE PASAJE, AUNQUE DUELA, ES NECESARIO, AUNQUE HAYA CRISIS O LA PRODUZCA, ES UNA CRISIS QUE LLEVARA AL CAMBIO, AL CRECIMIENTO, A OTRA COSA.

AUNQUE SE DIGA QUE UNA GOLONDRINA NO HACE VERANO, EL QUE TRABAJEMOS POR NUESTROS (AS) MUCHACHOS (AS), SABIENDO QUE ESTAN SUFRIENDO, RECONOCIÉNDOLOS COMO PERSONAS, COMO SERES IMPORTANTES Y DÁNDOLES UN LUGAR; SU PASAJE HACIA LA ADULTES O HACIA DONDE VAYAN, NO VA A SER TAN MALO Y PODREMOS SENTIR LA SATISFACCIÓN DE QUE HICIMOS ALGO Y NO FUIMOS OTRO U OTRA MAS DEL MONTON ALIENADOS Y ALIENANDO A NUESTRO FUTURO, NUESTROS MUCHACHOS. Aporte realizado por Alejandro Marin.

TERAPIA GESTALTICA Terapia de la Gestalt

Gestalt es una palabra alemana que carece de traducción en español y que alude a una TOTALIDAD DE SENTIDO, de modo tal que esta forma cohesiva no puede dividirse sin que sea otra cosa. Un reloj de arena es por ejemplo una gestalt, ya que SI SEPARAMOS LA ARENA DEL VIDRIO DEJARIA DE SER LO QUE ES Y SERIA OTRA COSA, mientras que el puñado de arena solo, no es una gestalt, dado que si sacamos una parte, sigue siendo un puñado de arena.

Fritz Perls, Psicoanalista Alemán, fue el descubridor del enfoque gestaltico, tomo contacto con prestigiosos terapeutas como Freud, Wilhem Reich y otros, además fue influenciado por la lectura de Jung, Adler y los teóricos de la escuela de la forma. Integro todos estos aportes en una corriente a la que denominó ENFOQUE GESTALTICO.Esta corriente se llama así porque considera que la naturaleza humana se organiza como una Totalidad, que es en estos términos, como el individuo la vivencia y que solo puede ser comprendida en función de ellos. En este sentido se inscribe como visión HOLISTICA ( en griego “ holos” significa totalidad) del ser humano, porque su objeto de estudio no es el psiquismo o la patología sino el ser humano como TOTALIDAD BIOLÓGICA, PSICOLÓGICA Y SOCIAL en contacto con el ambiente.

Una terapia Gestalt frente a una conducta tiene en cuenta la totalidad del proceso que incluye los PENSAMIENTOS, EMOCIONES Y ACCIONES que fluyen desde la aparición de una necesidad hasta su satisfacción. Parte del principio por el cual esta gestalt que es cada persona, cada pareja o cada familia, tiende a mantener su equilibrio y por lo tanto su salud, en condiciones cambiantes, es decir SÉ AUTORREGULA.

La aparición de necesidades y deseos altera este equilibrio y obliga a un intercambio con el medio para lograr un nuevo equilibrio. En este contacto con el entorno la persona puede bloquearse o volver a respuestas viejas. Es allí donde el terapeuta interviene, funcionando como un soporte externo que permita a la persona encontrar creativamente una respuesta adecuada a las circunstancias que lo condicionan.

El enfoque gestaltico propicia, basándose EN LA FILOSOFIA EXISTENCIALISTA, que a partir de DARSE CUENTA del desequilibrio( registrar qué y cómo le sucede) la elección de los medios y objetos con los que cada uno busca reequilibrarse, sea libre y responsable.

Entiende que el ser humano adulto elige entre diferentes cursos de acción posible( incluyendo como mínimo dos opciones: Actuar o no) y su responbilidad estriba en apropiarse ( hacerse cargo) de que eligió esa respuesta sin adjudicársela a los otros. Intenta con esto que la persona reconozca y retome el protagonismo en la propia vida, sin desconocer influencias del entorno y la educación, pero sin considerarlas condicionantes determinantes, sino desafíos y limitaciones a trascender. Para poder intercambiar con el ambiente la persona necesita registrarlo, estar presente en el AQUÍ Y EL AHORA, permitiendo que de la totalidad ( O FONDO) que lo rodea, surja aquello que podría reequilibrarlo y se transforme en FIGURA, es decir en foco de atención y actividad para recuperar la salud/equilibrio. El proceso de formar figuras según la necesidad predominante y entrar en contacto con aquello que podría satisfasterla y retirarse una vez satisfecho para permitir la formación de una nueva figura y la fluidez del proceso. Para formar la figura dándose cuenta del qué y el cómo del desequilibrio. La persona debe estar atenta a no confundir lo que es ( lo obvio) de lo que

“Cree” que es, lo que le “ gustaría” que fuera, o lo que

“ Ya no es “ ( lo imaginario”. En esto la gestalt emplea el método FENOMENOLÓGICO de poner en paréntesis todo PRE-supuesto, todo prejuicio o toda hipótesis. No dando por sentado o sabido nada que no pueda ser captado por los sentidos. Lo que le sucede al otro no es obvio, salvo que él me lo comunique, Siguiendo esta premisa el terapeuta gestaltico se hace cargo de que una interpretación es una hipótesis suya y no necesariamente una verdad del paciente.

Es el paciente el que sabe quién es, qué quiere y para qué hace lo que hace y el terapeuta sólo puede ACOMPAÑARLO en este proceso usando herramientas que lo ayuden a reconocerse, distinguir lo propio de lo ajeno y apropiarse de su respuesta.

En resumen, la función del terapeuta NO ES SABER LO QUE EL PACIENTE NO SABE DE SÍ, SINO ESTAR Y ACOMPAÑAR A LA PERSONA EN EL DARSE Cuenta, en la aceptación de quien es y en responsabilizarse de sus elecciones, actuando como un soporte no enjuiciador en el proceso de crecimiento de la persona TOTAL.

FRIEDRICH NIETZCHE

El siglo XIX fue el siglo del liberalismo, el de las modernas democracias constitucionales de Europa occidental y América. Es también el siglo de las utopías socialistas y del moderno pensamiento de izquierda. En esos momentos un pensador y filósofo alemán sacude los cimientos del pensamiento occidental y proclama que "Dios ha muerto", Este ser tan increíblemente osado es Friedrich Nietzche, va a cuestionar el pensamiento occidental desde sus mismas bases constituyentes, cuestionando todos los presupuestos filosóficos anteriores con una fuerza avasallante; Proclamó que "Dios ha muerto", liquidando de un plumazo las preocupaciones existenciales del ser humano y su eterno monólogo con la divinidad, haciendo tambalear el mito de Dios y con él a todo el pensamiento religioso. Este filósofo alemán nació en Röcken, una pequeña ciudad de la Turingia sajona, anexada a Prusia en 1815, en el año 1844. A los quince años, sufrió la pérdida de su padre, quien era pastor protestante (luterano), característica que lo asemeja a las peripecias familiares de otro gran crítico de los ánimos religiosos de la humanidad, cuyo padre también tenía grandes inquietudes religiosas: Carlos Marx.

Además de las primeras inquietudes religiosas, el padre de Nietzsche le deja una terrible herencia genética: una propensión a padecer terribles migrañas y una aguda miopía. La salud del filósofo será un dato inevitable al hacer un juicio categórico sobre su actividad filosófica, además también hay que tomar en cuenta su estado mental que se desarrolla en un continuo deterioro progresivo hasta caer en los últimos diez años de su vida en la más profunda de las tinieblas de la razón.

El joven Nietzsche demostró ya tempranamente sus inquietudes por el pensamiento filosófico, por la antigüedad clásica, y particularmente por la filología, disciplina que impartirá prontamente en la Universidad de Basilea, lugar donde a los veinticuatro años se le otorgó una cátedra universitaria, sin aún haber conseguido su doctorado.

Las amistades también jugarían un lugar destacado en la formación de Nietzsche, la cercanía en Basilea del historiador Jakob Burckhardt y del teólogo agnóstico Franz Overbeck, además de los extraordinarios helenistas Erwin Rodhe y F. W. Ritschl, marcaron su destacada personalidad profundamente iconoclasta, y lo llevaron a cuestionar activamente a todos los grandes santuarios del pensamiento occidental.

Nietzsche lee atentamente la obra de Burckhardt "La cultura del Renacimiento en Italia", y sueña con la organización de "claustros laicos", una suerte de seminarios para filósofos jóvenes, aunque abandona pronto la idea por ser del todo irrealizable.

Una amistad muy especial unió también a Nietzsche con Wagner; ésta surge a partir de la presentación a la que asiste el filósofo, de la obra "Los maestros cantores de Nuremberg", la que maravilla a Nietzsche, iniciando así la que será una larga y profunda admiración por el famoso músico alemán.

Es esta una de las épocas más felices de la vida de Nietzsche; Casi enseguida se vuelve un asiduo visitante de la casa de Wagner en Triebsche, situada a orillas del lago Cuatro Cantones, cerca de Basilea. El músico alemán llega a alojar al filósofo en su propia casa, manteniendo un intenso intercambio de ideas valorado por ambos. Pero todo esto no duró demasiado tiempo, ya que el devenir emocional de Nietzsche lo llevó no sólo a enemistarse con Wagner, sino a escribir posteriormente en forma muy dura contra él, contradiciendo sus opiniones anteriores.

En el período inmediatamente posterior a este idilio intelectual, se desata la guerra franco-prusiana, a la que el joven filósofo alemán se incorpora para servir en las ambulancias del ejército alemán. Es en el curso de estas actividades donde Nietzsche contrae la disentería y la difteria y pasa a vivir por una temporada con su madre en Naumburg para restablecerse. Luego continuarán su rosario interminable de enfermedades: neuralgias, insomnios, trastornos de la vista, dolores de estómago, ictericia, todo lo cual conforma una suerte de círculo dantesco que lo persigue por doquier, Nietzsche contrae la sífilis, enfermedad que va a terminar con su vida, terminando previa y progresivamente con su lucidez y con su genio intelectual.

La obra de Nietzsche no puede ser encontrada en sendos tratados sistemáticos, sino que muy por el contrario, da la impresión de querer expresarnos sus propias experiencias “vivenciales” por medio de una prosa de una belleza sublime,

Podemos, no sin cometer el pecado de la generalización, englobar y sumergir a Nietzsche en la tensión que provocó en la Europa decimonónica el surgimiento de la sociedad de masas y su relación conflictiva con la conciencia crítica individual, y concretamente en Nietzsche frente al individuo heroico. Es muy probable que este estado de cosas, y sus repercusiones sociales hayan tenido una importante impronta en el desarrollo de sus ideas.

En Alemania ya existía una fuerte reacción romántica contra la muy influyente corriente iluminista, fundamentalmente de origen francés y de gran prédica universal. Esta era encabezada entre otros por el poeta Herder y por el teólogo Haman; estas reacciones pueden estimarse por un lado como una reacción de la voluntad del individuo, de su autonomía y de la creatividad frente al exceso de racionalismo y la mesura de la que se acusaba a la ilustración.

Nietzsche había leído atentamente a Schopenhauer, (quien fue para él como Hegel fue a Marx), particularmente el trabajo "El mundo como voluntad y como representación". En esa obra pesimista, nihilista, escéptica, que todo lo negaba, Nietzsche descubrió una visión clara del mundo, lo veía como en un espejo, según gustaba decir él mismo "en ella yo veía enfermedad y curación, destierro y refugio, infierno y cielo".

A partir de esto, elabora un diagnóstico del porqué de la decadencia de la civilización occidental; ésta era explicada debido a la confianza que se depositaba en la razón en desmedro de la voluntad creadora y del instinto. Esta enfermedad de occidente era ni más ni menos que la creación de la civilización clásica griega: Nietzsche responsabilizaba a Sócrates y a Platón de la falta de innovación que reinaba en occidente, y más directamente culpaba a la razón como lógica exclusiva del conocimiento y del desarrollo intelectual en desmedro de la creatividad emotiva.


Uno de los rasgos fundamentales del pensamiento nietzscheano es su rechazo por la religión como tal. Quizás comenzó en su obra "Así hablaba Zaratustra" a prefigurar la muerte de Dios, para terminar objetivando precisamente en el cristianismo el rechazo a la religiosidad.

En "La gaya ciencia", la crítica que Nietzsche hace de Dios, no es una crítica académica basada en elementos de juicio positivistas, muy de moda en su época, sino una oposición visceral. Dios es "una objeción contra la vida, en vez de su trasfigurado y eterno sí" y "la fórmula para toda detracción de este mundo, para toda mentira del más allá". Como ya vimos, los ataques anticristianos también son de su gusto: "Yo considero al cristianismo como la peor mentira de seducción que ha habido en la historia", escribe en "La voluntad de poder", y con igual fuerza ataca a la moral cristiana a la que acusa de no estar a la altura del "superhombre filosófico" por él predicado, e inclusive hace gala de una suerte de moral relativista, señalando que toda moral es una construcción arbitraria.

La "Muerte de Dios" el "Superhombre" y el "Eterno retorno", constituyen la clave del proyecto de sociedad o del diagnóstico que Nietzsche realiza de la realidad y de sus potenciales desenlaces. La muerte de Dios dará al hombre su verdadero lugar en la humanidad y liberará innumerables caminos que el hombre aún hoy no conoce. Aporte de Alejandro Marin

miércoles, 23 de julio de 2008

Traición

Tanto en los medios como en las veredas la palabra "traición" se escucha con más frecuencia que la común. Se apela al diccionario y a la historia para definir el gesto del Vicepresidente en la Cámara de Senadores. Y nótese que digo gesto y no "acto de emitir un voto", por ejemplo. Porque eso es lo que se nos mostró a los trasnochados que no podíamos dormir sin conocer el resultado de una votación en la que, aparentemente, se jugaban los destinos de la Patria.
Si algo tiene esta bendita profesión es que implica la pérdida de la ingenuidad -que rima con virginidad, por cierto-. Por eso, sabemos que todo ser humano es absolutamente impredecible,
que el acto que vemos no es más que el resultado de una batalla interna que se decidió previamente. ¿Cuántos Cobos es Cobos? ¿El hijo de un obrero? ¿Un militante del radicalismo fiel a la sempiterna ambiguedad partidaria? ¿El padre de familia preocupado por asegurar a su descendencia quién sabe qué memorias y/o recursos? ¿Un especulador? Muchos y todos, seguramente, como cualquiera de nosotros. Por es parece válido apelar a textos tan antiguos como los Evangelios, porque en el alma humana es siempre ahora. Y hablando de Evangelios, no se nos debe escapar con qué frecuencia inusual se trata de reivindicar la figura de Judas en numerosos documentales y best-sellers. Descubrimos, después de dos mil años, que sólo cumplió una orden de Cristo porque en realidad era el más fiel de los discípulos -argumento que también se escuchó en este caso: "se querían bajar y no sabían como, el voto estaba decidido por la Rosada". La tragedia que, como en cualquier otro melodrama, se representa con todos los ingredientes: la flota imperial merodeando, Yago aconsejando arteramente a Otelo, Judas dudando antes de vender al maestro. Cobos duda. Y porque duda se nos antoja muy humano. Indignamente humano para algunos, que esperan otra cosa de la investidura y señalan la falsedad de su conducta, no por eso menos humana. Es humano ceder a la tentación del protagonismo a cualquier precio. Mucho más en el caso de un político, de quien podemos suponer había aguardado ese trascendental momento durante toda su vida para estar en el centro de la escena. Al menos para un político argentino. Supongamos por un momento, un momento tan solo, que el voto hubiera sido positivo: ¿quien estaría hablando de Cobos? Nadie, seguramente. El protagonismo hubiera vuelto al "campo" o al "gobierno" pero nadie, absolutamente nadie, estaría hablando de Cobos. O sea que, en mi humilde opinión, el señor Vicepresidente de la Nación fue completamente fiel a sí mismo. Y al serlo, fue fiel a una sociedad que permanentemente nos impulsa con argumentos burbujeantes y ética de gaseosa a ser "nosotros mismos". Una sociedad individualista, donde cada uno sólo se debe encargar de sí. Una sociedad donde a nadie le importa del otro, donde se reproduce la marginalidad y la desprotección y la riqueza. Una sociedad donde el compromiso consiste en dejar caer una moneda en la mano de un indigente por ¿piedad o temor?. Las dos cosas tal vez. Lo mismo que provoca nuestro vice: piedad, porque es un pobre tipo sobre el que recae el peso de la representación de nuestras carencias, miedo, porque quien sabe a que destinos nos conduce el terrible camino de la traición social que hemos iniciado hace ya algunos años y que ahora está dando sus frutos.Ada Fanelli

martes, 22 de julio de 2008

lunes, 21 de julio de 2008

Un discurso que nos interesa a los Psicologos Sociales

Psicólogos y psicólogas en la esfera pública; circulación y tropiezos

La autora se propone “desocultar el conjunto de los dispositivos sociales y económicos que acompañan la construcción de las currículas universitarias destinadas a formar psicólogos/as”.

Por Eva Giberti

¿Por qué elegí hablar de este tema? Porque doy por aceptado que cuando l@s colegas envían sus curriculii a los ámbitos públicos, oficiales, se debe a que están solicitando trabajo. Ya sea para ofrecerse como psicoterapeutas –aun sabiendo que no se solicita dicha especialidad– o como psicólog@s. Se trata de poner en marcha el ejercicio de una vocación y de un entrenamiento universitario.

También lo elegí debido a mi experiencia durante los últimos ocho años formando parte de instituciones estatales con calidad de funcionaria que tiene a su cargo la contratación de colegas.

Además soy docente en un posgrado la UBA –hace 12 años– merced a la invitación de Jorge Corsi en la especialización en Violencia familiar, en Derecho de familia, de la Facultad de Derecho y en la Universidad de Ciencias Empresariales y Sociales (UCES). Lo cual me mantiene en permanente contacto con colegas que se desempeñan en distintas actividades distantes de los consultorios privados.

Qué encuentro cuando analizo curriculii

Al margen del problema que significa el desconocimiento acerca de la construcción de un curriculum (enseñanza que debería provenir desde la universidad), es frecuente encontrar curriculii con un significativo caudal de cursos y seminarios destinados a perfeccionar la práctica psicoterapéutica y psicoanalítica, como si ésas fuesen las áreas privilegiadas del quehacer psicológico. Esta selectividad obtura posibilidades de utilizar lo aprendido con objetivos nuevos que podrían ser creaciones de los psicólogos, como de hecho sucede en las prácticas en las que actualmente trabajamos en las cuales “aprendemos haciendo” sin limitarnos a “aprender cómo se hace”. Me refiero a las actividades que desarrollamos en el Programa las Víctimas contra laS violenciaS del Ministerio de Justicia, Seguridad y Derechos Humanos mediante los equipos que intervienen en urgencias de Violencia familiar (llamando al Nº 137), Equipo de Intervención en Violencia Sexual y Brigada Niñ@s contra las niñas víctimas de prostitución.

En dichas prácticas se aplican, se ejercen y se instituyen los contenidos de las teorías aprendidas, pero con un horizonte que no está regulado por la creencia de que todo sujeto con el cual se interviene sólo podrá resolver lo que padece o sobrelleva si se convierte en sujeto de psicoterapia o psicoanálisis. En tanto y cuanto se omite que se trabaja siempre con sujetos políticos, y no sólo de sujeto de deseo, sino de derecho y responsable por la construcción de la esfera pública de la cual l@s psicólog@s proceden y recrean.

Producción de conocimientos y transformaciones

Sabemos que los denominados problemas sociales forman parte de una construcción tanto simbólica cuanto derivada de las intervenciones de distintos actores sociales (1) y existe una compleja relación entre producción de conocimientos y resolución de problemas sociales. La evidencia muestra la distancia entre la producción de conocimientos y sus posibilidades de aplicación concreta.

Los procesos de producción de conocimientos precisan, para su efectividad, la presencia de intermediarios que los pongan en práctica, es decir, los psicólogos y los usuarios. Ya que entre los sujetos de la población y los profesionales es donde se genera el proceso de transformación de lo aprendido en las universidades. Y es en ese proceso de transformación donde intervienen las capacidades y originalidades de los y de las colegas. Esas capacidades son las que habrá que desocultar –y ésta es la tesis central de este trabajo– al mismo tiempo que entronizar la creatividad de los colegas al entrar en contacto con las realidades que las prácticas convocan. De otro modo se aplica la teoría aprendida sin la mediación necesaria que incluye el propio pensamiento crítico frente a hechos ajenos al consultorio.

Del enorme caudal de prácticas psicológicas actuales, desde las psicoterapias on line hasta las técnicas de marketing, todas ellas comprometidas con la esfera pública, yo sólo seleccionaré el trabajo con víctimas, porque es allí donde dispongo de experiencia y de conceptualizaciones propias. Veamos qué encuentro entonces cuando convoco a partir de la lectura de las currículas: colegas que llegan pensando incorporarse a equipos de adopción sin la menor idea acerca de la Convención de los Derechos del Niño, convencidas de que se trata de aportar una criatura a una familia o persona que no ha podido engendrar, es decir, desconociendo el lugar del niño necesitado de una familia, tal como la Convención lo enseña, pensando solamente en la pareja que padece castración. Lo cual implica transgredir la Constitución Nacional, ya que la Convención de los Derechos del Niño tiene ese rango constitucional. Así se seleccionan parejas que padecen apetito de hijo, pero no deseo de niño adoptivo al que deberán filiar como hijo. Ajenos a la pulsión de poder que se juega en toda adopción por parte de los preadoptantes y que se resignifica como dato político y económico.

Otro ejemplo; intervenir con mujeres recientemente violadas. Se carece de registro del derecho que tienen para demandarle al Estado que localice al violador sosteniendo su denuncia; se intentan técnicas de reparación que sólo constituyen un segmento de este abordaje renunciando a reconocerlas como ciudadanas a las que es preciso acompañar hasta que se encuentren en condiciones de reconocer al violador.

Si se trata de intervenir con niñas víctimas de prostitución, el desconcierto es mayúsculo porque muy excepcionalmente escucharon hablar del tema en las universidades. Afirmaciones que me exigen salvar a aquellas cátedras que en alguno de sus módulos se refieren a estos temas. De allí a un entrenamiento o formación existe un largo camino. Podría añadir en la formación curricular la ausencia de cualquier perspectiva bioética, coronado por el minúsculo conocimiento o ignorancia total acerca del tema género (con sus actuales implicancias de transgéneros) que queda a cargo de la responsabilidad de una cátedra de cursada optativa. Al respecto ha sido un ejemplo la doctora Ana María Fernández, que heroicamente introdujo el tema en la UBA. Del mismo modo que los temas relacionados con violencia en las familias y muy particularmente el desconocimiento respecto de las violencias laborales que entre nosotros cuenta con referentes bibliográficos concretos en materia de violencia en los circuitos laborales administrativos, o sea los malos tratos a cargo del Estado, claramente descriptos por la licenciada Diana Scialpi.

No se trata entonces “del uso natural que los actores hacen del conocimiento relevante adquirido mediante sus cursos en la universidad sino de que ciertos actores hacen un uso específico y deliberado de sus conocimientos como modo de terciar en las controversias públicas acerca de un problema que precisamente con estos medios retóricos se torna público. Dicho de otro modo, no se trata ya de la ciencia –de las teorías aprendidas– sino que el discurso que aplican los colegas desempeña un papel en la construcción de un problema público”. Como escuché de boca de una colega en un hospital público de Buenos Aires, “a estas mujeres violadas tendremos que mostrarles que si recorrieron una calle oscura al volver de su trabajo es porque gozaban con la fantasía de la violación y por eso las buscaron”. Adviértase cómo incorpora ideología sexista en la esfera pública en lugar de promover la denuncia contra el violador.

Estas son las diferencias en las retóricas elegidas que constituyen la idea de un problema público; en el primer discurso la responsable por la violación es la víctima, por lo tanto el problema no es público –detención de violadores– sino privado, empieza y termina en la víctima.

Tesis

Estas experiencias me conducen a la necesidad de desocultar el conjunto de los dispositivos sociales y económicos que acompañan la construcción de las currículas universitarias destinadas a formar psicólogos/as. Dispositivos que contribuyen fuertemente en los contenidos de las intervenciones técnicas y en la valoración de las mismas por parte de psicólog@s. Mediante la producción de discursos que responden a las formas de una determinada filosofía, utilizando un léxico y una sintaxis que lo torna reconocible como académico y erudito y que reclama ser recibido de manera acorde con su producción, respetando esa forma y aprendiendo a utilizarla. Estilo que ejerce una violencia encubierta respecto de otras violencias y niega los discursos que resultan de las descripciones que el interés público podría proponer. Son discursos resultantes de formalizaciones tendientes a producir un efecto de ocultación de las significaciones prohibidas o censuradas que parten del interés público y de la esfera pública donde anidan las palabras que describen a los fantasmas sociales que contienen la pobreza, las violaciones, la prostitución, el hambre, la enfermedad, el delito y otras incomodidades.

Se utiliza el lenguaje de manera tiránica y socializando formalizaciones propias de una determinada teoría, como por ejemplo actualmente sucede con la palabra demanda y “alojar” así como en décadas anteriores ocurrió con la palabra represión y con la palabra complejo.

Se produce entonces una acumulación semántica mediante grupos de estudio que repiten crónicamente un lenguaje aprendido a partir de estos dispositivos sociales. Lenguaje puede ser coloquial o hermético e impide escuchar otros discursos, sin reconocer el deterioro conceptual que tales repeticiones y aplicaciones a ultranza de lo repetido arriesgan, en tanto cierran el camino para un pensamiento crítico.

Capitalismo cognitivo (al decir de Galceran Huguet)

Esta acumulación reiterativa arriesga esconder la creatividad de los colegas y nos coloca de frente a lo que actualmente se conoce como capitalismo cognitivo –que no tiene cosa alguna que ver con la psicología cognitiva– y que está orientado hacia las teorías tradicionales impuestas por los dispositivos sociales que rigieron y rigen nuestras universidades. Así como actualmente esos dispositivos conducen a suponer que todo el mundo debe conducir sus vidas desde las psicoterapias y el psicoanálisis, anteriormente, en tiempos de la creación de la carrera, otros dispositivos dispusieron que l@s psicólog@s fuésemos auxiliares de la medicina preferentemente testistas. La corporación médica en plano se opuso al ejercicio de la riqueza de nuestras prácticas. Ahora esos dispositivos, hijos de una política neoliberal, eluden reconocer la alternativa de la profesión cuando sea posible reconocer que es la vida de la gente la que aporta “el caso” que se expone y se analiza. Es el capital nómade de la vida –que describí en trabajos anteriores– capturado por este capitalismo cognitivo que entre nosotros circula privilegiando un solo sentido: el del consultorio privado. Dispositivos que provienen de quienes redactan las currículas y de su época, y que se mantienen ocultos en las asignaturas y entrenamientos en el brutal ejercicio del neoliberalismo individualista, ajeno a la responsabilidad social de los psicólogos.

El capitalismo cognitivo conduce a que tanto lo estudiado cuanto sus prácticas obturen u omitan la comprensión política de nuestras intervenciones. Afirmación arriesgada, porque parecería que los psicólogos fueran meros repetidores de lo aprendido sin capacidad discriminatoria para cernir y filtrar lo escuchado. No es eso lo que sostengo sino la ausencia de registro de los dispositivos sociales ocultos en los contenidos de las asignaturas.

Los dispositivos sociales ocultos fueron pedagógicamente tramitados de acuerdo con una economía de mercado propia del neoliberalismo en nuestro país en coincidencia con la pérdida de categoría de la idea de Estado Nación. No fue ése el origen de la carrera de psicología cuando elegimos trabajar en la empatía con el otro.

La esfera pública

Precisamos una estrategia para producir los propios dispositivos, es decir, incluirse como productores de esfera pública. Recordemos que ella, a diferencia del concepto de espacio público, incluye constitutivamente la información y la comunicación. Es un concepto más amplio que incluye conexiones, imágenes, representaciones y semantizaciones propias de cada cultura. La disonancia con la carrera de psicología aparece cuando se habla de interés público, principio que tanto el espacio cuanto la esfera pública incluyen.

La displicencia respecto de la responsabilidad política, ética del psicólogo en el interés público, que depende de una perspectiva política del sujeto, es actualmente notoria en un segmento significativo de los colegas, pero no constituye hoy tradición en nuestra carrera. Esta displicencia resulta de la histórica ruptura entre el ethos académico y la política para hacer desaparecer los fantasmas sociales y los reclamos éticos que de ellos surgen. Cabe admitir que esa displicencia propia de la posición que le es asignada en el espacio social como conductor de psicoanálisis y psicoterapias –perfil que la carrera orientó– forma parte de la estructura del campo del poder; y por la posición que los psicólogos ocupamos mediante nuestras producciones y actividades en el terreno. Posición que no es ajena a procesos inconscientes propios de los ámbitos universitarios que tienden a posicionarse en especialidades: psicólog@s hacen psicoterapia. Se arriesga que los psicólogos se piensan a sí mismos en relación con los autores estudiados y no en relación con la realidad en la cual viven asumiendo historias y contenidos ya instituidos que reproduce su propia lógica, pero sin avistar el universo de lo posible respecto de sus propias prácticas y respecto de las responsabilidades que les caben respecto de esa realidad social de la cual no son ajenos sino partícipes y a veces víctimas.

Comienzos de la carrera

Recordemos, para empezar, una época y unos debates en los cuales los protagonistas se llamaban Enrique Pichon-Rivière, José Bleger, Antonio Caparrós, Mauricio Goldenberg, Fernando Ulloa, Marie Langer o Hernán Kesselman. Cualquiera de ellos, sensibles a las problemáticas que la vida social suscita. No sería razonable hablar de nuestro tema sin acordarnos de ellos.

Las primeras grandes confrontaciones en torno de psicología y esfera pública ocurrieron de forma explícita más o menos a principios de los ’60, cuando la idea y la posibilidad del “cambio” eran un viento que soplaba fuerte no sólo en el ambiente de las ciencias sociales sino en la sociedad en general. Todos, todas éramos sacudidos por aquel soplo reformista que nos cargó de ilusiones y que nos orientó, también, a la realización de conquistas que hoy podrían parecer “naturales”, pero que fueron, por el contrario, el resultado de un arduo enfrentamiento con la realidad de la época. En tal sentido, José Bleger ocupó el centro de la escena. Desde una firme convicción política y epistemológica, José sostenía que el psicólogo debía ser un auténtico “agente de cambio”. Su posición mereció oposiciones por izquierda y por derecha. Pero tuvo la extraordinaria virtud de ser el eje referencial del debate durante muchos años. Por derecha –digámoslo simplificando un poco el problema– lo enfrentó la “corporación APA”, que por ningún motivo estaba dispuesta a admitir que “comunidad”, “cambio”, “política”, “grupos”, “divulgación” y otras herejías infectaran el sacrosanto altar del diván individual como única opción de salud mental, y la lectura directa de la obra de Freud como única opción para saber de qué se trataba eso del psicoanálisis. Por izquierda aparecieron posturas más radicalizadas –propias de fines de los ’60, principios de los ’70– para las cuales ya no se trataba de ser o no agentes de cambio, es decir militantes reformistas, sino de ser consecuentemente marxistas como profesionales y como personas, es decir, militantes revolucionarios, más las variantes de estas posturas que corresponden a un país en donde el peronismo siempre fue protagonista de los grandes debates teóricos y políticos.

A mí me tocó uno de los aspectos de mayor exposición pública entre aquellas polémicas. Por un lado, la experiencia de “Escuela para Padres”, que se convirtió en un best seller de varias generaciones; por el otro, la intolerable presencia de una joven psicóloga que trabajaba en radio, en televisión, en los medios gráficos, y encima hablando de psicología y psicoanálisis con “la gente”. Más acá o más allá de las posiciones políticas y de las elaboraciones teóricas de aquellos colegas entrañables, para la corporación médica y psicoanalítica, y para otras corporaciones que soñaban con excomulgarme, era insoportable –sí, literal y epistemológicamente insoportable– que uno (una) de nosotros hablara en público de “complejo de Edipo” o de la sexualidad de los niños. Era como que una monja revelara en público el secreto tan bien guardado del espíritu santo, que como sabemos, es tres y es uno. Hay cosas que no se dicen, cosas que no se hacen. Pero, cada cual desde su lugar las dijimos y las hicimos. Ahora bien, todo tiene historia: fue así como empezó –al menos acá– el problema de los profesionales de la psicología y la esfera pública. Cuando hablábamos de comunidad, cuando interveníamos en actividades públicas o en los medios, cuando hacíamos tarea comunitaria, cuando denunciábamos la violencia de las instituciones de salud, cuando participábamos en marchas, cuando firmábamos solicitadas, cuando nos comprometimos con la lucha de género, cuando nos sumamos a las luchas por los derechos humanos y la recuperación de la democracia, estábamos actuando –y enfáticamente– en la llamada esfera pública. Es decir que desde hace bastante tiempo que esto no es un problema para muchos de nosotros. Y en cierto sentido no deja de ser sorprendente y hasta decepcionante que no sea así para cualquier colega. Es decir que estábamos al menos frente a una certeza: más allá de las críticas teóricas post Habermas acerca de qué es la esfera pública, estaba la seguridad de que el profesional de la psicología interviene en la misma o interviene en casi nada. Durante la dictadura, cuando nos cerraron la facultad, esa certeza se convirtió en un problema serio, a veces trágico, a veces de consecuencias teórico-prácticas graves.

Actualmente la ausencia de análisis acerca de la esfera pública y el rechazo de un sector de los colegas respecto de dicha esfera arriesga la desertización de la psicología como disciplina en general y de las prácticas personales en particular. Se trata entonces de intervenir en los dispositivos que son la marca del origen, la marca política del aprendizaje universitario que torna a los psicólogos sujetos de las políticas de proyectos que no tienen en cuenta el deseo en tanto y cuanto no hay opción más que la que el dispositivo aporta.

Entonces las víctimas quedan fuera del sistema de salud, no sólo porque no alcanzan los colegas contratados en los hospitales sino porque el cuadro que muestran no coincide con lo que los profesionales saben y recomiendan. La responsabilidad es entonces de la víctima por serlo.

Salud mental

Este congreso incluye en su título salud mental. A pesar de las críticas que desde distintas perspectivas ideológicas pueden hacerse acerca de la Ley 448, la simple puesta en práctica de sus prerrogativas implicaría una mejora considerable en el ámbito de la SM de la ciudad de Buenos Aires.

Es fundamental para esto la voluntad política de las autoridades de aplicación y la coordinación de la variada red de recursos existentes en el Sistema de Salud.

Referente a políticas públicas conviene contrastar dos criterios que el anterior ministro de Salud, Ginés González García –a quien l@s psicólog@s tuvimos que esclarecer–, adscribió al modelo de participación comunitaria e impulsó varios proyectos tendientes a superar el modelo hospitalocéntrico.

Compárese con las declaraciones del actual secretario de Salud Pública del gobierno de la ciudad de Buenos Aires: respecto del rol de las familias, señala que los hospitales de día permitirán un abordaje grupal e individual del paciente, y “posibilitarán la inclusión de las familias en el proceso terapéutico”. Es decir, el paciente permanece en el ámbito terapéutico del hospital y es la familia la que es incluida, cuando en un modelo basado en la comunidad, la versión sería opuesta: el hospital como soporte para el proceso terapéutico en el ámbito familiar.

En aquella nota, González García llamaba a “recuperar el tiempo y el protagonismo perdido”. Nos preguntamos quiénes perdieron protagonismo frente a quiénes. Y en términos de protagonismo es difícil buscar una salida comunitaria, excepto en el contexto histórico del silenciamiento de quienes no cuentan como consumidores. Porque, en tal instancia, no es posible considerar valores como la equidad. Es en este ámbito donde las políticas sociales deben inscribirse. Es responsabilidad del Estado, pero no solamente de éste ir creando las condiciones que generen un cambio en las representaciones sociales acerca de la locura, los manicomios, el poder médico y la importancia de la inserción social de quienes padecen diferencias mentales.

Aquí y ahora

Es en el aquí y ahora donde los y las profesionales, antes personas que licenciados, llamados a “posibilitar la emergencia de la palabra en todas sus formas”, como prescribe la Ley Básica de Salud de nuestra ciudad, topamos con el silencio como efecto de la sobremedicación; es en el aquí y ahora donde los efectos de la psicosis se pierden ya con los del encierro crónico; donde la reinserción social se encuentra con la falta de trabajo y de lazos también entre los neuróticos; donde más allá o más acá de una interpretación acerca de su inconsciente, una mujer golpeada debe ser acompañada y sostenida para lograr hacer la denuncia y muchos otros ejemplos en los que el aquí y ahora sobrepasa al “como si”, para reflejarnos dentro de la comunidad, con la posibilidad de actuar como agentes de cambio. El modelo neoliberal globalizado fagocita las actitudes neutrales, vistiéndolas de un “como si” de resignación o callada aceptación. A los psicólogos, una lectura cuidadosa de la Ley 448 les confiere la responsabilidad –junto a otros profesionales– de asegurar espacios adecuados que posibiliten la emergencia de la palabra, como enuncia la Ley 153 de Salud, pero no solamente como dispositivo terapéutico sino una palabra que pueda ser enarbolada por un sujeto de derechos, que es más que un diagnóstico en un hospital o consultorio, es alguien inmerso en su comunidad. Y desafía a hacer emerger una palabra que ligue subjetividades donde hasta ahora hay silencio.

Debo finalizar aclarando: compuse este trabajo con dos colaborador@s: el de mi hijo, Hernán Inverni- zzi, que fue estudiante de psicología en la década del ’70 en la UBA e interrumpió sus estudios por razones políticas (quien escribió un segmento de la historia de la carrera) y de mi hija, Vita Escardó, actual estudiante de psicología en una universidad privada (UCES) con cuyo texto dedicado a la Salud Mental –como alumna de Silvia Chiarvetti– cierra estas páginas.

* Conferencia inaugural del Congreso Metropolitano de Psicología, 3 de julio de 2008.