lunes, 11 de agosto de 2008

Carta de Mirtha Viamonte

Queridas amigas:

Tengo noticias nuevas del juicio, se acabó...


SOBRESEIMIENTO POR PRESCRIPCION.


De ninguna manera es lo que quería.
Pero, lo si queda bien claro es que la corporación perdió en este año dos juicios mas.
En tantos años de enjuiciar a psicólogos sociales por, "ejercicio ilegal" y "usurpación de títulos y honores", no han ganado nunca.

Hoy, mientras escribo estas líneas estoy sola sin poder festejar, preocupada, pensando: ¿quien será la próxima victima? Sobrevivir a 4 años de persecución, inteligencia de la D.D.I. y del Colegio, allanamiento, a los prejuicios de mucha gente, me han dejado secuelas que intentaré curar en el lugar que corresponda.


Tengo tanto miedo del colegio como de mis colegas y los no colegas, por el uso que harán de esta noticia, que debiera alegrarnos a todos… Se de mis limitaciones, y políticamente no soy correcta para los distintos bandos que existen en la actualidad. Tengo mis ideas de las cosas, y creo que solo juntos podremos desafiar a los dueños del poder; quiero conciliar, no pelear, quiero que nos juntemos, no quiero tener miedo de ser, de decir, ni de pensar.

Pero aun así ....

Esta es una parte y lo quería compartir, para que se alegren algunos por mí, y todos por la causa de la psicología social.
Este tema esta lejos de terminar; empieza otra etapa tanto o más compleja que ésta. Les iniciaré una demanda civil. Así que el descanso, quedará para más adelante; para cuando algo del daño que esto me ocasiona pueda, si es posible, ser reparado.

Las lágrimas, que no puedo contener, son un alivio momentáneo, pero alivio al fin. Se que el enemigo más grande es mi miedo y aún no encontré la forma de vencerlo y no quiero acostumbrarme a vivir así, por ahora, solo pienso en un retiro, en un lugar lejano y bajo un frondoso árbol, con algunos libros...

No sé como juntar mis pedazos y rearmarme para poder seguir…

De todo corazón quiero agradecer a los pocos amigos incondicionales y a los muchos compañeros que me acompañaron en este penoso camino.

Especialmente al Dr. César Zarco, por su valiosa gestión, por haber estado.

Si alguna vez curo mis heridas y aún soy útil, volveré, a las calles de tierra de algún barrio, a juntarme con mi gente que reciben con una sonrisa y un mate que entibia el alma.

MIRTHA VIAMONTE

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